jueves, 17 de septiembre de 2009

Clarines necesita ayuda

Copio textualmente la cronica de Angel Arellano quien se encuentra en Clarines, Edo. Anzoategui y relata la situacion que se vive desde anoche en la zona. Ellos necesitan ayuda, es momento de concretamente compartir el pan y hallar el amor.


Aproximadamente a las 8:05 de la noche una coalición en la curva del sector mini finca entre El Caney de Acapulco y el Centro Vacacional Clarines de la carretera Oriente – Caracas, entre una gandola de marca Iveco blanca, placa 79U MBC, y una gandola marca Mack color blanco, placa A04 A05D, produjo una contingencia en todo el perímetro de la población de Clarines y sectores aledaños.

El primer transporte era conducido por Iban Espinas (56) acompañado de Manuel Chávez Ayala (23), residentes de Maracaibo. Éstos, se trasladaban a la represa de Clavellinos, estado Sucre para hacer mantenimiento a la planta de tratamiento de agua potable de esa zona, con un cargamento de 17 cilindros con 500 kilogramos de gas cloro, cada uno. El segundo vehículo tenía de chofer a Ricardo Romero (41) cargado de láminas de acero de dos pulgadas de espesor.

En el choque las láminas de acero de la Mack trazaron las cadenas de los cilindros con gas cloro, y perforaron a dos de los de ellos, los cuales cayeron de la plataforma de la gandola. El chofer de la Iveco, conociendo la situación, continuó conduciendo hasta un sitio descampado para poder ocultar un poco la toxicidad del químico.

En frente de la estación de servicio del distribuidor de Clarines, al lado del puente sobre el Rio Unare, el chofer perdió el control de la carga y cayeron dos cilindros rotos, en la orilla de la carretera.

A los 40 pasajeros de un expreso de Peli Express que iban detrás de la gandola Iveco, les tocó sufrir la descarga del gas tóxico al pasar por el sitio del choque. No se reportó ninguna pérdida lamentable de este. Asimismo, una unidad de Expresos Flamingo con destino Caracas, cargada con 45 pasajeros, que tomó la vía de los llanos (Guárico), fueron atendidos en Valle de la Pascua. Se conoció que se sentían mal, con malestar y síntomas de intoxicación pero están fuera de peligro.

Inmediatamente al destruirse las válvulas de control de los cilindros que cayeron en la carretera, el gas cloro, un complemento inmensamente tóxico, comenzó a expandirse por la zona.

La comunidad de Paso Real, que queda en frente del distribuidor de Clarines, fue la primera en huir del olor de cloro que se dispersó por las zonas aledañas. Muchos de los pobladores de este caserío atravesaron el Río Unare en lanchas y botes pequeños para llegar a Clarines y refugiarse del intenso y peligroso olor. A las 9:30 pm ya estaba evacuado ese caserío pero las autoridades de Protección Civil y la Policía del Municipio Bruzual no recomendaron su rápido retorno a las viviendas pues afirmaron que el gas tiende a mantenerse en la atmósfera por un lapso de tiempo de dos a tres días.

Los sectores de Barrio Obrero, La Loma y La Plaza fueron evacuados y el llamado de la radio del pueblo, Colonial 90.9 fm, era el de refugiarse en otras casas en urbanizaciones más lejanas al sitio del suceso. Muchos pobladores se fueron a las localidades de Píritu y Puerto Píritu, como parte del miedo que vivía el pueblo en esas horas.

Desde minutos después del acontecimiento tóxico, el hospital tipo uno de Clarines, Doctor Antonio Rondón Lugo, colapsó, puesto que había un solo médico de guardia y el personal de enfermería y emergencia era demasiado escaso para enfrentar el siniestro.

Apoyo logístico, voluntarios y médicos llegaron desde Valle de Guanape, Guanape y zonas cercanas. Muchos choferes y pasajeros quedaron atrapados en la cola que se creó luego de la coalición. Las distintas alcaldías de la zona Oeste de Anzoátegui apoyaron con oxígeno y ambulancias.

A las dos de la madrugada la situación aún era muy tensa. Llegaba gente de todas partes del pueblo con asfixias, dificultades respiratorias, tos e intoxicación. El equipo de Protección Civil no pudo apagar un último cilindro que emanaba gas, sino hasta las dos de la tarde del jueves.

Al amanecer se conoció que la cifra de muertes era de ocho personas: Freddy Soto (indocumentado), Wilmer Castellanos (50), Maria Esther Martinez (34), Freddy José Morales (45), Aura Arismendi, Eli Canelon y dos que no poseían identificación.

Extraoficialmente: aproximadamente 600 personas fueron atendidas por síntomas de intoxicación en el hospital de Clarines. Contrasta con las cifras oficiales que fueron de 326 a las una de la tarde del jueves. La única vía de tránsito nacional existente hasta la tarde de ayer era la da Aguas Calientes, municipio Bruzual, que requiere de una hora y media más de carretera, en diferencia a la vía nacional. Para hoy la carretera Oriente – Caracas está libre.

Centros de acopio en el centro comercial Plaza Mayor y Odett Center de Barcelona, habilitó el movimiento estudiantil de Anzoátegui. También en la sede nacional de Un Nuevo Tiempo en la avenida principal de Las Palmas en Caracas y la cámara municipal y Plaza Bolívar de Lechería. La alcaldía de Lechería, gobernación del estado y alcaldías de la zona Oeste colaboraron con insumos.

Para el cierre de esta edición continuaban llegando personas intoxicadas y con tos al hospital doctor Antonio Rondón Lugo.

Ángel Arellano

E/USM

asearellano@yahoo.es

Publicado por Ángel Arellano en 16:04

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